miércoles, 15 de abril de 2009


Besaré las golondrinas que a la tarde escuchan tu llanto. Creré que hasta el más grande de los relámpagos no pueda eclipsar esta bomba que ha invadido mi corazón con un veneno incurable. Sabré que la lluvia no es más que la tristeza del ayer, o más bien de un mañana. Pensaré que todas las noches ponga mi disco favorito para dormir en un sueño sin fondo. Dormiré toda la noche, sin moverme, esperando que un sueño atraviese mi pesadilla. Escrbiré relatos de mi vida, para que otros con críticas pronuncien la palabra "estupendo". Viajaré al norte de los deseos, para ver si hace frío, aun que lo dudo. Viviré el tiempo que necesite la tierra para no tragarme. Escucharé promesas que forman un lazo inrrompible. Notaré la oscuridad en lo más hondo de mi pecho, porque la verdad siempre gana a la inteligencia. Imaginaré más de lo que puedo ser capaz, para creer que esto ya acabó, y ahora tener que volver a empezar, deseando que nunca acabe.

martes, 14 de abril de 2009

Las gotas de los árboles caían al suelo cuando yo pasaba, de forma que yo me diese cuenta que estaba en la propia inundación de mis lágrimas. No me detuve exactamente a pensar en porque caían al mismo ritmo, si no en cómo caían, iban en compás con unos pasos, paré y miré hacia atrás, allí no había nadie. Seguí caminando y cuando me doy cuenta veo que las gotas van cada vez más rápido, yo me apresuraba pero las gotas caían más fuerte y más rápido. No pude contener tanto espanto asi que volví a mirar hacia atrás, seguía sin haber nadie, fue justo cuando salió el sol en el momento en el que me giré, todo paró y parecía como si sólo estuviese yo y aquel sol deslumbrante, contuve las ganas por llegar a casacy me quedé allí plantada, con una sonrisa en la cara, y el sol de frente produciendo felicidad.


jueves, 2 de abril de 2009


Vivo con la certeza de imaginar volver a ver su sonrisa, que no se vaya. Me quedaré en mi pura soledad, de esperarla un viernes para que un domingo se vuelva a marchar. Que ya no nos riamos por las noches, y que ella se haga la autista. Sus ojos verdes, que miran el cielo. Sus labios secos que besan otros. Su pelo rubio, paja de primavera. Doce son ya, doce serán más, y a la vida suerte le eché, para tenerla. Se cerró la puerta, miedo surgió, mis lágrimas volvían a caer desesperadamente, deseando otro viernes. Mis viernes son sagrados, lo tienen todo, amor, amistad, y vida. Vuelvo a tenerla, otra vez para abrazar, cogerla por sus piernas delgadas, y que mi padre piense que parece el aire. Aire parece, porque no se mueve, tantos días aquó encerrada, mirando siempre a una hoja de papel, siempre iba a molestar, pero ella veía que no iba para eso. Derramaré lágrimas, hasta que acabe de decirlo. La echaré de menos, demasiado. Mi hermana mayor, muy pequeña, pero es mi hermana. Te quiero mucho Cecilia.


Tantas cosas nos pueden ganar en la vida. Los árboles siempre crecen, las flores crecen,¿ nosotros crecemos?. Jamás imaginariamos lo que muchos piensan. Otros se paran a pensar en los recuedos que quedaron en un pasado. Sólo se dieron cuenta de algunas, quedaron las palabras, el viento que susurraba al silencio, quedaban las miradas y los gritos desafortunados, quedaron las cercanías, quedó el amor del verano pasado, todo lo que yo había sentido, él y su ser. Obviamente, nunca los volví a ver.