Nunca.
miércoles, 4 de marzo de 2009
brisa de marzo
Había olas, parecían llantos y acumulos de desesperaciones que llevaban consigo tristezas y las arrastraban a un lugar donde sólo quedasen allí. Una brisa suave rozaba la cumbre haciendo un siseo de forma que nos viera ver que no se quería mover. Las rocas se clavaban a tu cuerpo creando fuertes dolores irresistibles. La lluvia caía, la nieve caía, todo caía y nada subía, había llegado marzo. El sol era amargo y todo aquello que veímos pertenecía sólo al exterior. Lo único que no veíamos era aquel interior que es calor, fuego y pasión, algo que ahora no se percibe. El sol tiene una fuerza inmensa que no permite que nadie ni nada lo reemplaze y haga deshacerlo de forma que deje de brillar. El sol, aunque se apague, nunca dejará de brillar.
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1 comentario:
Carolina!!!
que lindo lo que escribes,bueno...
animate vale??
te quiero mucho!!!
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