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HOLD ON!
Mis recuerdos todavía no quedan en el olvido, el olor, el sonido la belleza, todo la que hace que sepa tan bien. La mentira es un lujo que no me puedo permitir tan grandiosamente asi que me dedicaré a decir verdades y tener la cabeza alta. Cuando me tumbé en la roca mas alta que agrupaba generosas cantidades de musgo amarillo. Minutos después Alba se acomodaba a mi lado. Guille sin embargo estaba de pie observando las olas, que muchas no había, y tal vez escuchando los susurros que emitia la brisa caliente. Alba empezó a describir sus sentimientos, más tarde yo los míos y Guille remataba diciendo cosas simpáticas para no hacer la cosa tan melancólicas. Las rocas eran extremadamente altas, pero lo suficiente para ver el mar desde un punto de vista mas o menos perfecto. El sol estaba en todas partes, no nos dejaba acomodarnos a nuestras medidas de manera que hacía que las rocs fueran más dolorosas y nos impulsasen a levantarnos. Efectivamente fue eso lo que ocurrió y los tres nos giramos repentinamente a la playa y ahí estaba Héctor, con un palo haciendo agitaciones de sus miles estupideces, como suele ocurrir ahora con algunas personas indescriptibles. No nos detuvimos a pensar en eso, tampoco venía a cuento, asi que bajamos más que nada por la causa de que los más pequeños imitaban nuestro poder. Bajamos a la playa y le dijimos a Héctor que no dijera nada, que nosotros no habíamos pasado por ahí. Los gritos de Anita, Beatriz, Ayane y Fernandito abundaban por toda la costa y nosotros con ímpetu y con ganas de fastidiar al personal acordamos que estabamos jugando a espías, cuando nos encontramos frente a frente con una cuesta nos encontramos de nuevo con el mar y mas abajo una playa. Quieras o no siempre habrá algo que no te guste, hasta la misera chorrada, pero la hay.
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